Patología

Las personas con trastorno bipolar presentan déficits en la conectividad entre lo que se conocen como las regiones parietales del cerebro y el sistema límbico. El sistema límbico es una colección de estructuras cerebrales responsables de regular nuestro estado emocional, desde estados de relajación y calma hasta estados de alerta y concentración. Además, el sistema límbico está estrechamente relacionado con el sistema nervioso autónomo, encargado de regular nuestros ciclos de sueño y vigilia, así como otros procesos corporales como la digestión y el hambre.

El sistema límbico se puede comparar con un control de volumen. Es un regulador general que aumenta o disminuye el nivel de activación emocional en el cerebro. Por lo tanto, si este sistema se desregula, puede provocar tanto estados de euforia como de depresión en la persona afectada.


Las personas con trastorno bipolar tienen interrupciones en los circuitos del sistema límbico, lo que puede provocar cambios extremos de ánimo.

Hay un elemento dentro del lóbulo parietal que es una de sección del cerebro, el lóbulo parietal que está conectado al sistema límbico de maneras bidireccionalmente y en las personas con trastorno bipolar parece que el lóbulo parietal es capaz de ejercer menos control de arriba hacia abajo, lo que supone menos supresión de ciertos elementos del sistema límbico lo que lleva a los investigadores a hipótesis de que el sistema se está acelerando a niveles más altos.

En resumen podemos decir que tenemos dos conjuntos principales de déficit en circuitos neuronales en personas bipolares. Uno que reduce la falta de conciencia interna y eso resulta ser, por medio de estructuras neuronales como la ínsula que es una región del cerebro que está conectado de una manera muy directa a nuestra corteza somatosensorial. Por ello la parte de nuestra corteza que registra cómo nos sentimos, literalmente, sentido del tacto y estado interno. Esos circuitos están interrumpidos en personas con trastorno bipolar y el control de arriba hacia abajo (ese tipo de acelerador y freno) en nuestros niveles generales de energía también se ven afectados.

Referencias: The American Journal of Psychiatry. https://ajp.psychiatryonline.org/doi/10.1176/appi.ajp.21010047